La Palabra para viernes, 22 agosto 2025

Tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan.

Salmo 86,5

Al oir que era Jesús nazareno, Bartimeo comenzó a gritar: —¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!

Marcos 10,47